domingo, 7 de noviembre de 2010

Cuando te roban las ideas: “Lo dije yo primero!”

El concepto de “idea” enmarca una consideración tan importante que seguramente estas simples cuatro letras se queden cortas para expresar todo lo que abarca esta palabra, dado que han sido precisamente las ideas las que han desencadenado grandes proyectos a través de la historia y su puesta en marcha ha obedecido a la terquedad que tienen aquellos afortunados de ver la vida de una manera diferente. Desde la invención de la rueda hasta la llegada del hombre a la luna, las ideas han reflejado la importancia de quienes persiguen sus sueños, algo necesariamente inmerso en el mundo empresarial. De las ideas salen todos esos proyectos llamados empresas y su importancia depende de lo ambiciosas que puedan ser. El problema radica en que, como muchos otros activos, las ideas son un bien escaso, son joyas dignas de quienes poseen el talento para llevarlas a ejecución y como joyas que son, también pueden ser expropiadas. Que hacer para que ese proyecto profesional o personal no se ponga en riesgo sencillamente porque otros la lleven a cabo, o peor aun, alguien se robe tu idea?

Muchas empresas y profesionales se quejan de robo de ideas que incluso han acabado en tribunales, ejemplos de ello hay muchos desde la explotación del becario de turno como fuente de ideas hasta el espionaje empresarial. Conocéis algún caso de estos? Agradezco todos vuestros comentarios. Recordad, que no nos pase como a Topo Giggio y tengamos que mantenernos diciendo: “Lo dije yo primero!”

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